jueves, 24 de mayo de 2012

¿Y de quién es la culpa?

¿Quedan aún hombres y mujeres que no jueguen con los sentimientos?
¿Quedan aún seres confiables y sinceros?

Las mujeres y los hombres hemos recibido dones particulares.

Los hombres han recibido el don de la "labia". Saben cómo usarlo, con quien usarlo, cuándo usarlo. Lo aprenden de sus padres, Aprenden que si alagan a una madre amorosa pueden conseguir casi cualquier cosa, pero con el paso del tiempo este don ha convertido a hombres en seres que alientan el mal uso de la palabra y enseñan a sus hijos a seducir, mentir y engañar a cambio de una noche de placer y un corazón destrozado.

Las mujeres hemos recibido el don de la astucia. Sabemos manipular mejor que cualquier ser en el mundo. Aprendemos de ese arte desde que a tiernas edades. Comenzamos a manipular a papá para que cumpla nuestros caprichos y no pueda negarnos nada porque somos las princesas de el único hombre que importa en nuestra corta vida.

Comenzamos a refinar nuestro arte viéndo cómo mamá, a base de inteligencia, logra que papá le haga caso. Aprendemos a manejar y saber usar nuestro fino y hermoso tono de voz para que el género masculino entienda lo que queremos o no decir. Aprendemos a mentir y ocultar de sus ojos aquello que nos hace daño, aprendemos cómo y cuando usar la información según nuestra conveniencia. Aprendemos también que somos peligrosas y que con una mirada podemos doblegar la voluntad de un hombre hasta cero. También hemos dañado este maravilloso don, haciendo que muchas se aprovechen de los hombres para explotarlos y usarlos.

No busco defender a nadie, ni a hombres ni a mujeres con este tema. Me ha quedado muy claro que si la mujer es una manipuladora, el hombre es un labioso. Nadie se salva y tanto hombres como mujeres utilizan mal estos obsequios que Dios nos ha dado.

Lo que quiero exponer en esta noche es la poca conciencia moral de muchos y la poca autoestima de otros.

Hombres: no toda mujer es una mentirosa, los mentirosos son ustedes. Con labia y engaño mienten y hacen daño a sabiendas de que la mujer a quien le mienten los ama. Saben que ella no se aprovecha de ustedes y que daría su vida por protejerlos. Mienten y engañan, dicen cosas para contentarla y luego salen en pos de la "otra" para decirle las mismas mentiras y seguir ensuciandose el alma.

Mujeres: Sabemos que el hombre que da su vida por protejernos, por contentarnos, para que el amor no nos falte y aún así manipulamos las circunstancias, la información, los sentimientos para lograr lo que nos conviene.

¿Y de quién es la culpa?

¿Quién empezó este juego de sombras?

¿Quén fue el culpable: Eva por brindarle la manzana, o Adán por comerla?

No nos sirve de nada pasarnos la pelotita de la culpa de unas manos a otras. Nos se justifica el mal!!!

Pero todos estos mentirosos, manipuladoras, engañadores ya tienen su alma podrida. Ya nada los puede salvar, ni si quiera yo con este llamado de atención.

Mi exortación en esta noche es para ti mujer u hombre que ha sido víctima de este tipo de gente miserable que se dedica a destrozar corazones y vidas solo porque la suya está tan sucia que no tienen otro remedio que hacer la vida de los demás también miserable y sucia.
Te hablo a tí, querida que te mintieron, que te dijeron que cruzarían el mar entero y al día de rendir cuentas te destrozaron el corazón. A tí hombre sincero que amaste a una mala mujer y solo te utilizó.

No importa lo que te hayan hecho, demuestra que tu vales más, que tienes una mejor conciencia, que tu alma está limpia de miseria. Corta relaciones, corta amistad, charlas por teléfono, mensajes, chat. Sé que los amamos, pero debemos demostrar que nosotros sí nos amamos a nostros mismos, que nosotros nos valoramos lo suficiente.
Apártate de esas almas miserables que solo quieren undirte en su inmundicia, y sal adelante por amor a tí.

Al final, hay que tenerles pena a ellos que añoran sentir dolor ya que nada de lo que hacen les produce ese lindo sentimiento que nostros si tenemos. El dolor nos hace más fuertes.

No te conviertas en uno de ellos, no pases la pelota al siguiente. Corta el juego, no nos convirtamos en ellos, no seamos agentes de miseria. Nosotros somos superiores, nosotros valemos más que todos ellos juntos.

La hermosura de tu corazón la merece uno de nostros que pudiendo pasar la pelota de la culpa, decidimos no hacerlo y olvidar, seguir teniendo nuestro corazón libre de inmundicia. Nosotros nos merecemos, no uno de ellos.

Olvida y sé feliz, algo que ellos no pueden.
Aún existimos, somos pocos, pero aquí estamos. Ten fé y confianza en Dios.




No hay comentarios: