viernes, 17 de agosto de 2012

Sobre el amor...


Muy buenas tardes queridos lectores, me alegra saber que el número de ustedes crece cada semana :), me da más fuerzas para escribir.
Bueno..., sé que los he abandonado un montón pero ya estoy de regreso con muchas experiencias valiosas y un poquito más sabia, gracias a Dios.
Como ya se habrán dado cuenta, me gustan mucho los cuentos, no tanto los de hadas (Disney), más bien los cuentos originales que dejan una moraleja o a falta de ella, algo en qué pensar. Conocí personas increíbles en este mes que he estado renovando mi corazón, escuché sus historias y empezaré a relatarlas para ustedes a fin de aprender algo nuevo. ¿Ese es el objetivo verdad?

Una de los chicos que conocí, hice amistad y más me impresionó me ha dado su autorización para publicar su serie llamada "CUENTO TRÁGICO" que ya subí la primero y segunda parte. Espero que os guste.Iré subiendo más historias y me gustaría que aprendan algo de ellas, yo personalemente, pienso que es oro puro.

En fin... Para comenzar, empezaré por mí. A continuación les relato un cuento que es una historia personal con un antiguo amor, Erick, en este caso, soy yo la que esperó en el muro tantos días...
Disfruten mucho esta historia y les mando un abrazo inmenso. Sigan enviándome sus comentarios por correo, me alegra leerlos.


LA PRINCESA Y EL AMOR

Había una vez una princesa, que quería encontrar un esposo digno de ella, que la amase verdaderamente. Para lo cual puso una condición: elegiría marido entre todos los que fueran capaces de estar 365 días al lado del muro del palacio donde ella vivía, sin separarse ni un solo día. Se presentaron centenares, miles de pretendientes a la corona real. Pero claro al primer frío la mitad se fue, cuando empezaron los calores se fue la mitad de la otra mitad, cuando empezaron a gastarse los cojines y se terminó la comida, la mitad de la mitad de la mitad, también se fue.Habían empezado el primero de enero, cuando entró diciembre, empezaron de nuevo los fríos, y solamente quedó un joven.Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que ningún amor valía la pena. Solamente éste joven que había adorado a la princesa desde siempre, estaba allí, anclado en esa pared y ese muro, esperando pacientemente que pasaran los 365 días.

La princesa que había despreciado a todos, cuando vio que este muchacho se quedaba empezó a mirarlo, pensando, que quizás ese hombre la quisiera de verdad. Lo había espiado en Octubre, había pasado frente a él en Noviembre, y en Diciembre, disfrazada de campesina le había dejado un poco de agua y un poco de comida, le había visto los ojos y se había dado cuenta de su mirada sincera. Entonces le había dicho al rey:

- Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que por fin vas a tener nietos, este es el hombre que de verdad me quiere.

El rey se había puesto contento y comenzó a prepararlo todo. La ceremonia, el banquete e incluso, le hizo saber al joven, a través de la guardia, que el primero de Enero, cuando se cumplieran los 365 días, lo esperaba en el palacio porque quería hablar con él. Todo estaba preparado, el pueblo estaba contento, todo el mundo esperaba ansiosamente el primero de Enero. El 31 de Diciembre, el día después de haber pasado las 364 noches y los 365 días allí, el joven se levantó del muro y se marchó. Fue hasta su casa y fue a ver a su madre, y ésta le dijo:

- Hijo querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches, 365 días y el último día te fuiste. ¿Qué pasó?, ¿No pudiste aguantar un día más?

Y el hijo contestó:

- ¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había dicho a su padre que se iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor, pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es capaz de evitarte una noche de sufrimiento no merece de mi Amor, ¿verdad madre?


Cuando estás en una relación, y te das cuenta de que pudiendo evitarte una mínima parte de sufrimiento, el otro no lo hace es, porque todo se ha terminado.


LA UNICA VERDAD ES QUE NADIE QUE TE AMA DE VERDAD, PERMITE TU SUFRIMIENTO SI ESTÁ EN SUS MANOS QUE NO SUFRAS...

Al final... solo depende de ti! que no se extinga esa flama que hay en tu corazón! no dejes que maten tus sueños! y tus alegrías! da Amor! dale una sonrisa a la vida!

CUENTO TRÁGICO: "El guardián de la Bestia"

Hubo una vez en un mundo muy normal, una familia no muy normal en la cual nació un niño para nada especial. Salvo por un parto complicado que llevaría consecuencias graves a su madre en algunos años, todo parecía normal. Nadie asoció jamás las penurias que en la casa empezaron a darse desde la llegada del pequeño Ditto. Nadie lo culpó por las peleas, los temores y las ausencias. Era solo un niño que había llegado en un momento que se volvió crítico.

Pero Ditto sabía que no era así, algo le decía que todos los problemas de su familia empezaron cuando el apareció, y más notoriamente los de su hermano mayor. Cada noche sentía que alguien más habitaba en su interior, soñaba con este ocupante que parecía divertirse con atemorizarlo a él y a su familia. Una bestia de apetito insaciable y de una maldad demasiado palpable.

A pesar de haberse acostumbrado a su presencia, cada vez que la bestia salía y hacía de las suyas con su familia, a Ditto se le desquebrajaba el alma. Por ello, tomo una decisión vital, encerrar a la bestia para que nunca pueda lastimar a nadie más. Se encerró a sí mismo en una mazmorra y empezó a alejarse de toda persona alimentando así el miedo de lastimar a cualquiera que se le acerque demasiado.

Ditto creció en soledad, por decisión propia, y aprendió a encerrar la bestia en su corazón. Sin embargo, nunca le gustó estar solo. Miraba por las ventanas a los otros niños jugar libremente afuera y se preguntaba el por qué a él le tocaba ser el guardián de una bestia tan fiera. Algún día soñaba con correr con los demás, jugar, vivir una vida más normal.

Intentó salir al mundo varias veces, pero siempre que abría un poco su corazón la bestia empujaba por completo la puerta y alguien resultaba herido. Entonces comprendió que debería poner un escudo a su alrededor para proteger a los demás. Y así es como llevó una prisión sobre sus hombros, compartía con otras personas pero si alguien se acercaba demasiado el escudo lo repelía y así la bestia no podría hacer daño a nadie. La soledad era el justo precio a pagar por la seguridad de los demás.

Los años pasaron y la oscuridad dentro e Ditto crecía junto con su soledad. Hasta que un día apareció Noi. Noi era una persona llena de cicatrices, algunas aún abiertas y otras que parecían haber dejado una gran huella. Muchos querían estar cerca de Noi porque en su pecho llevaba una piedra muy preciosa que llamaba mucho la atención con una brillante luz. Un zafiro con luz muy brillante que opacaba a Noi. Tal era su esplendor que muchos por poseerla, intentaron arrancársela por la fuerza.

Pero Ditto veía más allá. Por alguna razón el zafiro no llamaba su atención, al contrario de esta extraña y bella criatura que lo portaba. Para Ditto, Noi tenía una luz propia mucho más hermosa que el mismo zafiro que llevaba en su pecho.

Pronto se llamaron la atención, dos seres así de extraños, como no hacerlo. Ditto sintió felicidad por primera vez en su oscura vida. Una luz rompía años de soledad con una simple sonrisa. Noi le hizo olvidar sobre la bestia, hasta el punto de asimilar que esa criatura jamás existió. A cambio, Noi sentía seguridad y cariño verdadero, algo que desde hace tiempo buscaba, ya no pensaba en que su piedra del pecho era todo lo que a los demás les podía interesar.

Ditto muy lentamente fue perdiendo el miedo y destruyendo sus muros, escudos y protecciones. Dejó su corazón desnudo y al descubierto ante Noi. Noi también mostró el suyo pero con algún reparo pues las cicatrices no se las había ganado en vano. Pero el proceso de liberación de Ditto costó tanto, que Noi muchas veces se cansaba de esta situación y buscaba quien juegue con su zafiro una vez más, a veces resultando con nuevas cicatrices ante los ojos de un impotente Ditto.

Ditto aprendía a ser libre a tropezones. No conocía un mundo al que se negó por miedo de dañarlo y cuando salió de su cascarón, fue como ser un bebé aprendiendo a caminar, burdo, insulso y a veces dando manotazos. Noi a veces lo ayudaba y otras simplemente se alteraban, había pasado ya por tanto que enseñar a otro a caminar no era parte de lo que soñaba o esperaba, era mejor vivir y cuidar su zafiro, ese brillante zafiro. No sabía que veía en Ditto, pero lo amaba, a su manera muy particular. Y Ditto también amaba a Noi, profundamente, quizá demasiado.

Al ser tan perturbadoramente distintos a veces no podían evitar lastimarse. No sabían, con comprendían cómo comportarse el uno con el otro. No habían conocido nada igual. A veces Ditto se sentía perdido y abrumado frente a Noi, sus andanzas, sus acciones y que siempre regresara con más heridas abiertas. Mientras que a Noi le desesperaba la inconsistencia e inseguridad de Ditto, sus necesidades, su búsqueda de pruebas. Sin embargo, siempre andaban juntos, sabían que siempre sería así, y se alegraban por ello.

Hasta que un día sucedió lo inevitable. Las emociones se volvieron tan fuertes que una sombra del pasado regresó. La bestia era real, muy real y había estado lastimando a Noi una otra vez hasta llegar a hacerlo berrear de dolor. Ditto al darse cuenta que su pesadilla se volvía realidad, y que si no hacía algo este monstruo insaciable devoraría a Noi, lo único que ha amado y le ha demostrado amor, decidió volver a encerrarse. Prefirió agonizar de soledad y confinar a la bestia, que ver sufrir más a Noi. Y Noi ya no era igual, pues se cansó de Ditto y sus temores y el monstruo que lleva dentro así que le pidió que se marchara, que no le hiriera más, que se largara de una buena vez.

Ditto con el corazón roto y una bestia a cuestas se encerró en la mazmorra. Sabe que la bestia solo morirá cuando él muera, pero es muy cobarde para tomar acciones con respecto a eso. Así q prefirió vivir siglos encerrado hasta que su cuerpo súcumba antes de lastimar a alguien más, no, no a cualquier alguien, a Noi, lo único en lo que piensa.

De Noi no se supo nada más. Quizá encontró el amor, quizá siguieron tratando de quitarle su zafiro hermoso hasta el último de sus días, o quizá descubrió que su luz es aún mayor, tal como se lo decía Ditto. Y la leyenda dice que si vas a un valle olvidado en el corazón del planeta, aun puedes ver a lo lejos una torre, con una mazmorra. Y que si te acercas puedes escuchar aún los susurros de una bestia voraz y adolorida, seguida de un suave y profundo susurro de una voz que dice “Noi”.

lunes, 6 de agosto de 2012

CUENTO TRÁGICO


Hola a todos!!

Les cuento que estoy en un seminario/campamento/retiro al que quería ir desde hace mucho y estoy muy entretenida por aquí. Me queda aún otra semana por acá y no he tenido tiempo para escribir aunque tenga ya como cinco temas interesantes que quiero compartirles. Lo haré a penas pueda y mientras tanto, les dejo con un cuento que me encantó y cuyo autor es un gran amigo que conocí por acá, David.

Repito, no es mío, es de un amigo. Espero que lo disfruten y les de algo en qué pensar.
Los quiero un montón.

CUENTO TRÁGICO (PRIMERA PARTE): El Príncipe Escarlata y la Dama de Cristal.

Krew era como cualquier otro chico de la corte real, salvo una pequeña particularidad que su estado de príncipe no podría jamás solventar: había nacido con el más extraño color de ojos, tan rojos como su propia sangre. Su brillo particular, dio a Krew el sobrenombre por el cual sería conocido por el resto de sus días: El Príncipe Escarlata.


Criado entre leyendas de princesas encantadas, esperando por un príncipe q las rescate de una torre lejana, algún extraño hechizo o una bestia amenazadora. Entrenaba día y noche con un solo objetivo, encontrar a su princesa, aquella que mire sus grandes ojos rojos sin temor y se adueñe con un solo gesto de su rojo corazón.

Salió sin más en busca de aventura cuando el oráculo del pueblo gritó su fortuna: correr con rumbo incierto hasta que su corazón encuentre lo que tanto anhela. Varios años tardó su búsqueda, creando gran expectativa, pero nada encontraba y su corazón desfallecía. Hasta q un día bloqueando al sol, frente a sus ojos una torre de cristal se levantó.

Bajo de su corcel asombrado por tanta maravilla, pero aún más por lo que dentro de ella encontraría. Una dulce dama, de belleza sin igual caminaba en su interior sin poder encontrar una salida. Cautivado e intrigado se acercó a la gran torre y entonces, sucedió. Sus ojos se encontraron, el con unos grandes rubíes rojos la miraba perplejo, mientras ella con unos gélidos ojos color azul parecía perforar su alma.

Krew se sintió encantado, no podía creerlo, su princesa encantada era aquella dama de invierno. Se fue acercando cada vez más a la prisión de hielo, sin dejar de mirar aquellos ojos de hielo. Más cuando estuvo a punto de tocar las paredes de la torre, una horrorosa verdad se impactó contra su cara. A un costado suyo un joven desesperado, había tocado la torre por la misma dama embelesado. Al hacerlo, de pronto empezó a transformarse en hielo y fundirse con la prisión helada que ahora parecía rodear con mayor fuerza y amplitud a su amada.

Al alejarse sorprendido, un anciano se acercó presuroso, el padre de aquel chico supo luego de un rápido interrogatorio. El anciano le contó lo que bien sabía, pues era muy conocida por la región la historia de la dama de cristal. Encerrada en una torre del más frío hielo, aguardaba su rescate desde quizá hace un milenio. Todo aquel que la veía quedaba prendido de su hermosura, y al tocar su prisión por las ansias de tenerla entre sus brazos, en ese momento se convertía en hielo ampliando la prisión de la dama.

El Príncipe Escarlata ante tal noticia quedó muy consternado, ¿o será acaso que más bien estaba emocionado? Una princesa que rescatar, ya estaba enamorado, los fríos ojos de hielo lo habían cautivado. Desde entonces día tras día blandía su espada rompiendo paredes de hielo para rescatar a su amada, la dama lo veía perpleja pero no se movía de en medio de su celda. Mientras más paredes desbarataba con su espada, muchas otras se le interponían. Días avanzaba más que otros mientras la dama inmutable lo miraba directamente a sus hermosos ojos rojos.

Pasaron varios días y el caballero no desistía de su lucha, había esperado tanto por este momento que no desistiría hasta encontrarla. El la veía allí inmóvil, esperarlo y desde ahí la amaba, la miraba como era tentado a tocarla, pero la amaba tanto que ponía todo su esfuerzo en rescatarla. O le importaba el frio que congelaba sus huesos, ni tampoco el dolor de sus quemados nervios. Pero no había victoria, y el tiempo pasaba sin misericordia.

Un día en medio de su batalla apareció otro caballero de en medio de la nada, a muchacha volteó a mirarlo y enseguida quedo prendado y al querer tocarla una vez más el terrible hechizo entro en efecto. Mientras Krew seguía luchando contra la prisión de hielo, ante el toque del chico esta se volvió más fuerte y se reconstruyó en el acto, haciendo un corte en medio del pecho del Príncipe Escarlata. Su sangre brotaba cayendo sobre el hielo, y entonces descubrió el gran secreto. Solo la sangre roja y cálida podía derretir tremendas paredes de hielo.

Volvió día tras día desangrando su cuerpo, esperando llegar hasta donde se encontraba su amada. A veces era el mismo quien su cuerpo sangraba, a veces era efecto de tantos otros hombres q cuando deseaban tocarla, la prisión hacían más fuerte y le desgarraban no solo el cuerpo, sino el alma. ¿O ésta más bien era desgarrada por los inconstantes ojos de la cristalina dama, que inquieta miraba con esa enloquecedora frialdad a todo aquel q se acercaba?

El tiempo pasaba y su sangre fluía deshaciendo a cada paso la prisión cristalina, pero la Dama atraía a más caballeros, y la prisión seguía creciendo y creciendo. Mientras el Príncipe poco a poco iba desfalleciendo. El día en que sus ojos perdieron ese brillo rojo, y se volvieron blancos y fríos como la nieve, fue el día que comprendió lo que en aquel lugar sucedía. El hechizo de Cristal era más complejo de lo q suponía.




Hubo una vez una tierna niña que en una torre de cristalino hierro fue encerrada. Esperaría al príncipe que la rescatara. Pero la situación no sería fácil pues su belleza sería su infortunio, atraería con su mirada a cuanto caballero la viera, y cuando su prisión tocarén en hielo se convertirían, ensanchando más y más su hermosa prisión helada. Solo la sangre podría abrirse camino entre su gélido destino. Pero no de una sinó de dos fuentes tendría que ser vertida, pues para hallar la salida no solo de afuera hacia adentro debería fluir sino de adentro hacia afuera de igual manera.

¿Como rescatas a una princesa que debe ella mima ayudarse? Más aún ¿Cómo rescatas a una dama que no quiere ser rescatada? Si debía esforzarse pero no quería, entonces era la mayor de las causas perdidas.

Krew se alejó con su brillo escarlata ya perdido, soñando en una alba princesa rescatar algún día. una dama de blanco como sus ojos ahora eran. Mientras la Dama de Cristal sigue presa, sin mover un músculo, sin intención de buscar su libertad. Solo levanta su mirada para atraer más caballeros, y así ampliar más su hermoso palacio, aquel que lleva mil años con congelados sueños y deseos construyendo.


jueves, 26 de julio de 2012

Siempre seré tu niña pequeña

Mi padre fue un muchacho que se hizo solo, su padre abandonó a mi abuela y a sus cuatro hijos cuando apenas eran niños. Como el mayor de sus hermanos, tuvo que empezar a trabajar a la temprana edad de cinco años y así ayudar a mi abuela a alimentarlos. Luego, por la gracia de Dios, fueron a parar en un orfanato donde mi padre creció hasta los dieciséis años para luego encargarse de su vida solo. Tuvo que pagarse sus estudios, trabajar medio tiempo y ayudar a mis tíos en lo que pudiese.


Yo no niego que nuestros padres tengan defectos, cometan errores y demás. Creo que son humanos y aprenden junto con nosotros a ser padres.

Mi padre estuvo ausente en mi adolescencia y juventud, se dedicaba a trabajar cuidando que no nos faltase nada. Pocas veces se sentó a explicarme cómo era la vida, crecí con muchos vacíos, complejos e inseguridades; crecí en una burbuja construida por alguien que veía de vez en cuando y que me regalaba un libro cuando quería que yo aprendiera algún tema. Me ama mucho, es solo que a él nadie le enseñó cómo ser padre. Me acostumbré a verlo en un púlpito como un orador en seminarios y conferencias impartidas por él, para mí era el hombre de traje que admiraba por su fuerte código moral y ético. Un hombre al que podía preguntarle cualquier cosa de la vida, pero en cuestiones personales, dudaba mucho en pedirle consejo. Me avergonzaba no parecerme en nada a él y no quería decepcionarle.

Tuvieron que pasarme muchas cosas horribles para entender muchas de mis malas decisiones. Estuve resentida con él por mucho tiempo por dejarme sola cuando su pequeña niña más lo necesitaba y tuve que aprender lecciones cayéndome en hoyos de los cuales él debía advertirme…

Pero al levantarme de un hoyo en especial, entendí que él no tenía la culpa tampoco. Nadie le mostró la importancia de un padre para una pequeña que no entendía el mundo. Nadie le mostró el daño que puede causar su ausencia y me di cuenta por primera vez de que es un humano como cualquier otro.

A veces cometemos el error de culpar a nuestros padres por nuestros problemas, nuestras decisiones y nuestra manera de ser. Creemos que ellos son la base de nuestra fortaleza y si algo va mal, les echamos la culpa para no sentirnos mal con nosotros mismos. En otros casos, nuestros padres son el centro de nuestra vida. Todo lo que hacemos es para que ellos se sientan orgullosos y podamos dar un sentido a nuestra vida.

Tus padres pueden se la mayor fuente de amor y guía, y debes respetarlos y honrarlos, pero centrar tu vida en ellos y vivir para agradarles, puede convertirse en una verdadera pesadilla.

Cualesquiera que sea la relación con tus padres, es importante que examines tu vida. Puede ser que muchos de tus complejos sean un reflejo de la relación con ellos y por ende, debes corregir lo que esté mal, pero culparles de cómo resultaste ser no es tampoco lo ideal. Ellos son personas que te aman más que nadie en el mundo y tienes que tener en cuenta de que todo lo que hicieron, lo hicieron por ti y para ti. Si cometieron algún error, es natural, tienen derecho a equivocarse como todo humano lo hace. Está en ti el perdonarlos y tratar de que no te afecten sus errores.
La importancia de un padre en la vida de sus hijos es inmensa. Ellos son los pilares de nuestro carácter, principios y valores.

Si algún error cometieron tus padres contigo, perdónalos y trata superar ese problema. Prepárate para cuando un día seas padre puedas entender cómo funciona el ser mamá/papá no basándote en los errores de tus progenitores, sino en el bien para tus hijos.


Yo amo profundamente a mi papá y estoy tratando se acercarme a él ya que él no sabe cómo acercarse a su niña pequeña cuando ya han pasado muchos años y muchas cosas.

No esperes que tus padres adivinen lo que te pasa. Si sientes que ellos no te conocen, acércate a ellos tu. Si sientes que no te entienden, ve, explica tu punto y lleguen a un acuerdo. Si sientes que no te aman, demuéstrales que tú los amas y verás cómo ellos se abren como una flor a ti.

Perdona cualquier resentimiento y entiende a tus padres. Ellos son lo más sagrado que tienes.

viernes, 29 de junio de 2012

El profundo dolor de decir adiós.

Duele, lo sé.
No puedes respirar, lo sé.
El mundo se acaba, te entiendo.
Sin esa persona, qué vas a hacer? Me pregunté lo mismo…

Pero, aquí estoy…

El truco es que no te importe que duela...



Todos tenemos un amor que nos causó mucho dolor. Alguien que nos lastimó y nos hirió tan gravemente que aún duele habiendo pasado muchos años y que aún sentimos que correríamos en su auxilio si nos lo pidiese.

Una día simplemente nos damos cuenta de que nada va a cambiar, que esa persona nos va a seguir hiriendo y que el amor que ese ser siente por nosotros no es igual y no es suficiente. Sabemos que ese ser no sabe amar y que entre más tiempo permanecemos a su lado, más nos dejamos humillar, más nos pisotean y menos nos queremos a nosotros mismos. Un día nos damos cuenta de que el cuento de hadas se ha transformado en una pesadilla sin final, a menos que nosotros mismo pongamos le pongamos fin.

Pero no podemos…

Una enorme cadena nos ata de pies y manos. Nuestra lengua no se mueve, nuestra garganta no produce sonido y nuestra fuerza de voluntad no existe.
Un sin fin de recuerdos, ideales, metas, añoranzas se niegan a desaparecer. Queremos que el cuento de hadas se vuelva verdad. Hemos albergado tanto tiempo un sueño y duele demasiado ver que nunca se realizará junto a esa persona.

Nuestra mente se niega a creer que todo se ha roto, y busca desesperadamente el sentido a esa realidad absurda.

No podemos…

El truco es que no importe que duela.

La gente que muere es aquella que se deja morir.

Puede que mis palabras sean duras para muchas personas, pero creo que es la única manera en la que alguien puede entender.

Si eres de los que se dejan morir, que no les importa ser humillados, que no les importa ser el juguete de alguien, que no les importa el daño y el dolor que les causan con tal de que su ser amado esté bien... Mereces morir.

Hay mucha gente que necesita el aire que respiras, el espacio, el dinero, la comida, las oportunidades que tienes. Gente y niños que seguramente le darán un mejor uso a su existencia teniendo lo que tu tienes.

Gente que solo necesita una oportunidad y que no se van a dejar vencer tan facilmente.

Yo he pasado por la situacion descrita anteriormente. Yo me dejé humillar, dejé que jugaran conmigo hasta que un día decidí decir "BASTA". Un día comprendí que solo los fuertes sobreviven, que solo las personas que no se dan por vencidas, que luchan por si mismas, que se quieren y que no se dejan aplastar merecen vivir.

Y yo quiero vivir!!!

Tuve que tomar fuerzas y destruir mi vínculo con él. Tuve que hacer que me odie, que se aleje de mí para que yo pueda sanarme y vivir.

Me amo y no voy a dejar que alguien me destruya.
No existen los "actos sacrificados en nombre del amor"

Eso no es amor!!

Quien te destruye no te ama.
Quien no te respeta no te ama.
Quien no te da el lugar que mereces no te ama.

Solo quien sabe amarse a si mismo, puede amar a los demás.

El amor es benigno, hace bien, no busca el mal, no hace lo indebido.

Si te maltratan, vete!! Hay más personas en el mundo que valen la pena.

Te van a amar, te van a tratar como tu mereces, pero solo si tu luchas por vivir y decides abandonar eso que te hace mal. Abandona a ese ser que no te hace bien...

Vales mucho solo por tomar esa determinación y decisión.

Va a doler, lo sé, pero el truco es que no te importe que duela.
El truco es saber que ahora te duele, pero que pronto te recuperarás y volverás a ser feliz como mereces.

No eres el/la único, otros ya hemos pasado y recorrido el camino que empiezas. Ya conocimos el dolor, ya sobrevivimos.

Ámate, Valórate, es gratis!!
Ten determinación y aunque duela hoy. Mañana será menos, y pasado mañana ya no dolerá.

Se fuerte, sobrevive.

Y si no... Pues es mejor que mueras.
Hay más en la fila esperando la oportunidad.

Siento ser un dura, pero solo así aprendemos, cuando algo nos sacude fuertemente.

Ánimo, Dios y yo estamos contigo!!


martes, 26 de junio de 2012

viernes, 15 de junio de 2012

Soy amigo de mi ex!!!

"Quiero que confíe en mi y me cuente sus problemas incluso si ya no somos nada, por eso quiero ser su amigo"

Una vez, cocinando, mi hermano y yo tuvimos un accidente. Mi querido hermano fue mi asistente para una cena que les organizamos a mis papás en su aniversario de bodas número veinticinco. Una serie de eventos inesperados hizo que mi hermano y yo termináramos con una herida profunda de cuchillo en muestra mano.


Al pasar de los días, cuando la herida empezó a cicatrizar, mi hermano empezó a rascarse y levantar la costra de vez en cuando. Por mi parte, no quería terminar con una cicatriz ya que mis manos son parte importante de mi carrera musical y por ende, mis manos debían quedar sanas.

Hoy en día, mi mano no tiene señal alguna de ese accidente, mientras que mi hermano cuenta con una horrible cicatriz en su mano que tuvo q ser tratada varias veces por infecciones ocacionadas por su necedad al rascarse.

Cuando amamos a alguien y ese ser nos ha lastimado mucho, lo mejor que podemos hacer es aceptar que esa relación se acabó y retirarnos completamente para poder sanar. El problema más común es que nos negamos a aceptarlo, e incluso no nos importa la profundidad de la herida que nos ocacionan porque el solo hecho de pensar en que ese ser ya no formará parte de nuestra vida es impensable. Solemos desesperarnos y aceptar que nos pisoteen para poder conservarlo a nuestro lado.

Todos hemos pensado que podemos ser sus amigos. Olvidando todo y simplemente estando a su lado como "amigos", saliendo y conversando como si nada.
Yo lo he pasado y todos lo pasaron antes que tu.

Quiero que entiendas que eso no es posible por el mismo hecho de que aún amas a ese ser. Una amistad está hecha de amor de amigos, nunca de amor de novios y si tu le amas es imposible que puedas verle como amigo.
Es como mi hermano que se rascaba y levantaba la costra una y otra vez terminando mucho más lastimado que al inicio.


Qué pasará cuando tu quieras salir con ese ser y él tenga una cita? Cuando tu quieras hablarle de algo que te pasó y no te ponga atención? Cuando te tome fastidio ya que tu sigues esperando que esté ahí como novio cuando son solo amigos?

Te estas lastimando una y otra vez porque no quieres aceptar que eso ya se acabó.

Te entiendo, nosotros ya pasamos por ese camino, ya rogamos amistad, ya morimos de celos sin poder hacer nada, ya vimos el fastidio en sus ojos, ya vimos el desinterés, ya vimos a ese ser superarlo y empezar una nueva relación. Es momento que tu hagas.

Una corte limpio duele mucho, sangra demasiado, se hincha y arde, pero si le dejamos sanar, lo hará de forma más rápida y mejor que si estamos ahí insitiendo...

Uno no puede ser amigo de su ex novio. Simplemente no se puede cuando has amado tanto.

Hay muchas parejas que después de terminar su relación son muy amigos y la cosa es como si nada. Esa situación es rara y se da cuando ninguno de los dos tomó en serio al otro, cuando no se amó tanto al otro, cuando esa relación no importó. Solo por eso han podido ser amigos, porque no hay sentimientos amorosos de por medio y pudieron construir una amistad. Pero si hay amor, no podrá no importa cuanto lo intentes, y solo conseguirás fastidiar al otro.



Lo mejor que puedes hacer es retirarte dignamente, apartarte hasta que la herida sane. Hasta que lo superes.
Nadie dice que no podrá esa persona estar en tu vida. Podrán ser amigos cuando hayas sanado, cuando la herida haya cicatrizado y ya no tengas sentimientos amorosos por ese ser. Entonces podrán construir una sana amistad, no antes.

Quiérete un poco más y prefiere sanarte en paz. No seas de esas personas que no se quieren a sí mismos. Ámate, valórate, sánate y solo entonces podrás volver a amar libre de heridas.

jueves, 7 de junio de 2012

Mi media naraja completa

Conocí a una persona maravillosa hace tiempo. Un hombre muy decidido y fuerte, con una presencia autoritaria e inamovible, dueño de sí mismo como nunca había visto a nadie.
Después de un trágico inicio, y luego de muchos malos entendidos aclarados, comenzamos a conocernos y a fomentar una sana relación.
Decir que me enamoré de él por su sentido del humor es solo un pequeño factor, todo en él me atrajo hasta el punto de necesitar oír su voz a diario.

Una de las tantas noches en que nos reunimos para cenar, después del trabajo de cada uno, conversando de las novedades de nuestro día me confesó una de sus debilidades. Eso me puso en alerta. Siempre lo había visto como si él fuera una roca y me sentía protegida en todo sentido con él así que cuando me comentó de su problema, el cual se le dificultaba entender, sentí cierto tipo de desilusión.

Cuando me dejó en mi casa esa noche, me abrazó fuertemente y dijo que yo era la única con la que podía desahogarse y mostrarse vulnerable. Después de un largo beso de despedida entré a mi casa un tanto preocupada por mi actitud.

Quise saber el significado de esa vulnerabilidad y porqué me afectaba saber algo así si es obvio que nadie es perfecto y que cada uno tiene sus problemas y puntos débiles.
Hice lo que hago siempre que me enfrento a una situación así: tomé un cuaderno y anoté lo que sentía después de la gran revelación, lo que realmente pensaba de eso, como ayudarle y por qué me era dificil de creer.

Cuando acabé, pude conocerme un poco más a mi.

Cuando conocí a este maravilloso hombre, me atrajo su fuerza, cualidad que yo creía no tener. Dentro de la lista de debilidades que poseo, encuentro esta falta de fortaleza y constancia muy frecuente. Así que era algo natural que buscara siempre en un hombre cualidades que a mí me faltaran.

Para aclarar, soy de las personas que creen en "la media naranja" solo que como naranja completa...
Déjame explicarte.

Pienso que cada individuo busca siempre sentirse completo, eso no significa que por el mundo haya una persona específica que es la otra mitad de nosotros. No. Lo que pienso es que cada ser humano busca mejorar siempre. Muchos toman esta necesidad interior como excusa para cargar sobre otra persona lo que sienten que les falta y no pueden lograr. Así, me encuentro muy frecuentemente con personas que dicen "por ella fui mejor", "ella era lo que me faltaba", o mi preferida: "sin ella no soy nada".

A mi parecer, nadie merece la dura carga de completar a otro ser vivo. Cada uno ya nace completo, como un solo ser que busca mejorar continuamente. No existen las "medias naranjas" ni los "complementos". Lo que debemos hacer es siempre mejorar, trabajar en nuestras debilidades para nosotros mismos, no por nadie, ni para nadie.
Que esa persona sea una inspiración es diferente. Que ese ser nos motive a mejorarnos a nosotros mismos es totalmente correcto, así si esa persona llega a salir de nuestras vidas, nos quedaremos con el crecimiento interno gracias al amor inspirado por esa persona.

En mi caso, yo lo veía como la roca fuerte que yo no era, una roca en la cual podría apoyarme y contar siempre. En cierto punto eso estaba bien, pero por otro lado, el que yo viera en él algo que yo no era, iba a acabar con nuestra relación. Llegaría un punto en el que él se iba a sentir cansado e iba a sentir que al subir la cuesta de la vida, tendría que llevarnos a los dos y eso era algo que yo no iba a permitir.

Esa noche decidí comenzar a trabajar en lo que yo considero "mis debilidades". Comenzar a mejorar en mi fortaleza propia y crecer en aquello que se me dificulta porque yo me amo en primer lugar. No quero que David salga afectado como consecuencia de mis miedos.

Así pude conocerme y saber que si mis cualidades son orientadas por el cambio y la libertad, en las áreas en las que tendría que trabajar eran esas que son contrarias a mi forma de ser como son la fuerza de voluntad y la constancia.

Al comprender esto, supe por qué me enamoré de él, por qué me afectaba y cómo ayudarlo para así ambos mejorar. Ya no me molestaba saberlo no tan fuerte. Nadie merece la tarea de completar nada de nadie.

Nuestra relación es eso que me motiva a ser mejor, pero yo mejoro para mí y por mí.

lunes, 28 de mayo de 2012

LA DAMA Y EL LEÓN

Pensando en esas noches negras y felices que tuvimos cuando estábamos juntos, recordé que amabas que te cuente cuentos para que durmieras bien y cuánto yo amaba que me lo pidieras... En fin, esas noches se han ido pero de esas mil y una noches, este fue, es y será siempre mi cuento favorito. Ahora vuelvo a contártelo porque una parte de mí es tuya...


Un hombre fue una vez a hacer un largo viaje, y, al despedirse de sus hijas, les preguntó qué querían que les trajera.

La mayor pidió perlas; la segunda diamantes; pero la tercera dijo:

— Querido padre: sólo quiero una alondra que cante y que vuele.

El padre contestó:

— Muy bien; si puedo obtenerla te la traeré. Besó a las tres hijas, y se fue a viajar.

Compró perlas y diamantes para las dos mayores, pero en vano buscó una alondra que cantase y volase, lo cual le enojó, pues su hija menor era su predilecta.
Volvía hacia su casa atravesando un bosque, cuando en medio de éste vio un espléndido castillo; delante de él había un árbol en cuya cima vio a una alondra cantando y revoloteando.

— ¡Ah! — exclamó. — Ya he encontrado lo que buscaba.

Y, llamando a sus criados, les hizo desmontar y les ordenó que fueran en busca del pajarillo. Apenas se acercaron al árbol, cuando un León salió de junto a él, y empezó a rugir, con tal fuerza, que todas las hojas del bosque temblaban.

— ¿Quién se atreve a robarme mi alondra? — dijo. — Voy a devorar en seguida al ladrón.

Entonces el Caballero repuso:
— Yo no sabía que la alondra fuera vuestra. Estoy dispuesto a pagar una cuantiosa suma por mi falta; pero perdonadme la vida.

Dijo, entonces, el León:
— Nada puede salvarte, a menos que me prometas darme lo primero que encuentres al volver a tu casa. Si consientes, te concedo la vida y puedes llevarte la alondra también.

Pero el Caballero dudaba, diciendo:
— ¿Y si fuese mi hija menor, mi favorita, la que viniese corriendo a encontrarme a mi regreso al hogar?

Pero los criados, que tenían miedo, le dijeron:
— No es preciso que sea vuestra hija la que os salga a recibir. Seguramente será un gato o un perro.

El Caballero se dejó convencer, tomó la alondra y prometió al León darle lo primero que saliera a su encuentro a su regreso al hogar.
Al llegar a su casa, la primera persona que corrió a su encuentro no fue otra que su hija menor. Venía corriendo y le abrazó y le besó y al saber que le traía la alondra que cantaba y volaba saltó y brincó de gozo, pero el padre se entristeció cada vez más con aquella alegría, y, al fin, echándose a llorar, le dijo:

— Querida niña, muy caro me ha costado tu regalo, pues he prometido darte al León, quien te hará pedazos apenas estés en su poder.

Y contó a su hija lo que le había sucedido, pero le rogó que no fuese con el León, sucediera lo que sucediera. Mas ella le consoló, diciendo:

— Querido padre: debes cumplir lo que has prometido. Iré y trataré de ablandar el corazón del León y verás cómo me deja volver sana y salva.

A la mañana siguiente marchó, después de despedirse de sus padres, y se internó, confiada, en el bosque.
Aquel León era un Príncipe encantado que de día era León, lo mismo que sus cortesanos; mas por la noche todos ellos recuperaban la forma humana. A su llegada, la joven fue amablemente recibida, y conducida al castillo. Al llegar la
noche, el León se convirtió en un Príncipe gentil, celebrándose las bodas con gran magnificencia. Y juntos vivieron felices, gozando de noche y durmiendo de día. En cierta ocasión, el Príncipe dijo a su esposa:

— Mañana hay una fiesta en la casa de tu padre para celebrar la boda de tu hermana mayor; si quieres ir, mis Leones te acompañarán.

Contestó ella que nada la haría tan feliz como ver de nuevo a su padre, por lo cual fue allá acompañada de sus Leones.

Todos se pusieron muy contentos al verla, pues la habían creído desde hacía largo tiempo muerta y hecha pedazos. Mas ella les contó qué esposo tan excelente había encontrado y cómo vivía feliz. Y permaneció con su familia hasta que terminaron las fiestas de la boda. Después se volvió al castillo del bosque.
Cuando se casó la segunda hermana, y la pequeña fue de nuevo invitada a la boda, dijo a su esposo el León:

— Esta vez no quiero ir sola; tú debes venir Conmigo.
Pero el León le dijo que ello sería peligroso, pues si un rayo de luz que no fuese la del día le tocaba, se transformaría en paloma y saldría volando, y volaría por espacio de siete años seguidos.

— Si no es más que eso — dijo ella, — ven conmigo. Y yo te protegeré contra todo rayo de luz.
Partieron para la boda, llevando a su hijito con ellos. Habían construido una caseta, cuyas delgadas paredes no dejaban penetrar ningún rayo de luz, y allí debía guardarse al León cuando se encendieran las antorchas del casamiento. Pero la puerta de la jaula era de madera fresca y en ella se hizo una grieta, sin que nadie
la viera.

La boda se celebró con gran esplendor. Pero cuando salió la procesión de la iglesia con un largo cortejo de antorchas y luces, un rayo de luz, tan fino como un pelo, tocó al Príncipe a través de la grieta de la puerta, e inmediatamente el Príncipe cambió de forma; cuando su esposa fue a buscarlo, no vio sino una blanca Paloma
allí donde había estado el León. La Paloma le dijo:

— Durante siete años tengo que volar alrededor del mundo; cada siete pasos dejaré caer una gota de sangre y una pluma blanca para mostrar el camino que sigo; si eres capaz de seguirme, me libertarás del encanto.
En seguida la Paloma echó a volar, y la joven la siguió, y cada siete pasos vio caer una gota de sangre y una plumita blanca, mostrando el camino que seguía el ave.

Así pudo seguirla a través del mundo entero, hasta que casi pasaron los siete años fijados. La joven se regocijó, pensando que pronto estarían ella y su esposo libres de sus penas; pero todavía le quedaban algunas que sufrir. Cierto día, cuando ella caminaba del modo acostumbrado, siguiendo el rastro de la Paloma, la plumita y la
gota de sangre dejaron de caer y toda señal de la Paloma desapareció.

— Nadie en la tierra puede ayudarme — pensó. Se dirigió al Sol, y le dijo:

— Tú que brillas sobre valles y montañas, ¿no has visto una Paloma Blanca volando por aquí?

— No — contestó el Sol. — No he visto ninguna; pero voy a darte un cofrecito. Si te encuentras un día en un apuro, ábrelo y ya verás.

Dio las gracias la joven al Sol, y anduvo, anduvo hasta llegar la noche, cuando la Luna aparece en el firmamento.
— Tú que brillas durante toda la noche — dijo a la Luna, — sobre los campos y los bosques, ¿no has visto a una Paloma Blanca volando por aquí?

— No — contestó la Luna. — No he visto ninguna Paloma, pero aquí tienes un huevo. Ábrelo cuando te veas en un gran apuro.

Dio las gracias a la Luna y se fue andando, andando, hasta que el Viento de la Noche sopló en su rostro.
— Tú que soplas sobre los árboles y las hojas, ¿no has visto a una Paloma Blanca por aquí? — le preguntó.
— No — dijo el Viento de la Noche. — No he visto Paloma ninguna; pero puedo preguntar a los otros tres Vientos, por si ellos la han visto.

Vinieron el Viento del Este y el del Oeste y ninguno había visto ninguna Paloma. Sólo el Viento del Sur dijo:
—Yo he visto a la Paloma Blanca. Volando sobre el Mar Rojo se cumplieron los siete años de su encantamiento, y se transformó de nuevo en León. Ahora el León está luchando con un Dragón que es una Princesa encantada.

Entonces el Viento de la Noche dijo a la esposa:
— Como quiero ayudarte te diré lo que tienes que hacer. Ve al Mar Rojo y en la orilla derecha encontrarás unos juncos altísimos. Cuéntalos y corta el que hace once; golpea al Dragón con él y entonces el León le vencerá, y ambos
recuperarán la forma humana. Después mira en torno y verás un alado buitre, que,volando sobre el Mar Rojo, os llevará a ti y a tu amado, de nuevo a vuestro hogar.
Aquí tienes una nuez; cuando estés en medio del Océano, pártela, e inmediatamente saldrá de las aguas un alto nogal en el cual el buitre descansará.
No le despertéis, pues le faltarían fuerzas para traeros a la otra orilla y si olvidas partir la nuez, caeréis los tres al fondo del mar.

Siguió ella viajando y lo encontró todo como el Viento de la Noche le había anunciado. Llegada a los cañaverales de la orilla del mar, los contó y cortó el junco que hacía el número once. Golpeó al Dragón con él, y el León consiguió vencerlo: inmediatamente los dos recuperaron la forma humana.
Pero cuando la Princesa que había sido dragón estuvo libre de su encanto, tomó al Príncipe en sus brazos y fue a sentarse sobre el buitre que se echó a volar.

Entonces la pobre esposa, otra vez abandonada, se sentó junto al agua y lloró. Recuperó, por fin, el valor y se dijo: "Dondequiera que soplen los Vientos, yo iré tras él, y cuando canten los gallos, le buscaré y le encontraré."
Y siguió andando, andando, hasta llegar al castillo donde vivían el Príncipe y la Princesa. Allí supo que se daba una gran fiesta para celebrar sus esponsales.

Entonces se dijo: "Que el Cielo me ayude", y abrió el cofrecito que el Sol le había dado. Dentro encontró un vestido tan brillante como el mismo Sol. Lo tomó y se lo puso y entró en el castillo, donde todos, incluso la novia, la contemplaron con asombro y envidia. El vestido gustó tanto a la novia, que le preguntó si se lo quería
vender.

— Ni por oro ni por plata — contestó ella, — sino por carne y por sangre lo daré.
La novia le preguntó qué significaba aquello y ella repuso:
— Déjame hablar con el novio esta noche, en su cámara.
La novia se negó. Sin embargo, codiciaba tanto el vestido, que acabó por consentir. Pero dio orden al Chambelán de que hiciese beber un narcótico al Príncipe durante la cena.
Por la noche, cuando el Príncipe estuvo dormido, la verdadera esposa fue conducida a su habitación. Ella se sentó a su lado, y exclamó:

— Te seguí siete años; subí al Sol y a la Luna, y fui en busca de los Cuatro Vientos, por ti. Te ayudé a vencer al Dragón ¡y ahora tú te olvidas de mí!

Pero el Príncipe dormía, tan profundamente, que sólo se oía un rumor como de viento entre los pinos. Al llegar la mañana, la esposa fue echada del castillo y tuvo que dar el vestido a la novia; y volvió a estar muy triste y se fue a un campo a llorar. Mientras estaba allí llorando, se acordó del huevo que la Luna le había dado; rompió el cascarón y de dentro salieron una gallina y doce pollitos, todos de oro, que empezaron a picotear el suelo y a brincar bajo las alas de la madre. No puede imaginarse cosa más bonita. La esposa, seguida de la gallina y los pollitos, se paseó por el prado hasta que la novia se asomó a la ventana. Tanto le gustaron los
pollitos, que le preguntó si se los quería vender.

— Ni por oro ni por plata, sino por carne y por sangre los daré. Déjame hablar con el novio en su cámara una vez más.
La novia consintió, con intención de engañarla otra vez, pero el Príncipe había preguntado al Chambelán qué era aquel murmullo que había oído la noche anterior.

El Chambelán le contó cómo la novia le había dado orden de hacerle beber un narcótico para que no hablase con una pobre joven a quien habían consentido entrar en la cámara del Príncipe, y que había pasado toda la noche llorando junto a él.

— Esta noche vierte mi bebida y lleva a la joven junto a mi cama — dijo el Príncipe.

Y a la noche, todo pasó como la anterior, pero cuando la esposa empezó a contar su mala fortuna, el Príncipe reconoció la voz de su mujer, se despertó y dijo:

— Ahora sí que por primera vez ha cesado mi encanto. Todo ha sido un mal sueño, pues la Princesa extranjera echó sobre mí un encanto que me obligó a olvidarte; pero el Cielo ha querido en buena hora que haya despertado, por fin.
Entonces ambos huyeron del castillo, pues temían al padre de la Princesa, que era un mago encantador. Montaron en el buitre, que les hizo cruzar el Mar Rojo, y cuando estuvieron en medio del Océano, rompieron la nuez. Un magnífico nogal surgió de las aguas y allí el pájaro descansó: después volvió a volar con ellos sobre el lomo, hasta llevarlos de nuevo a su castillo, donde encontraron a su hijo alto y hermoso, y vivieron felices hasta el fin.


Fuente original: Cuentos de Grimm, 1935.


Dulces sueños, nos vemos ahí.



jueves, 24 de mayo de 2012

¿Y de quién es la culpa?

¿Quedan aún hombres y mujeres que no jueguen con los sentimientos?
¿Quedan aún seres confiables y sinceros?

Las mujeres y los hombres hemos recibido dones particulares.

Los hombres han recibido el don de la "labia". Saben cómo usarlo, con quien usarlo, cuándo usarlo. Lo aprenden de sus padres, Aprenden que si alagan a una madre amorosa pueden conseguir casi cualquier cosa, pero con el paso del tiempo este don ha convertido a hombres en seres que alientan el mal uso de la palabra y enseñan a sus hijos a seducir, mentir y engañar a cambio de una noche de placer y un corazón destrozado.

Las mujeres hemos recibido el don de la astucia. Sabemos manipular mejor que cualquier ser en el mundo. Aprendemos de ese arte desde que a tiernas edades. Comenzamos a manipular a papá para que cumpla nuestros caprichos y no pueda negarnos nada porque somos las princesas de el único hombre que importa en nuestra corta vida.

Comenzamos a refinar nuestro arte viéndo cómo mamá, a base de inteligencia, logra que papá le haga caso. Aprendemos a manejar y saber usar nuestro fino y hermoso tono de voz para que el género masculino entienda lo que queremos o no decir. Aprendemos a mentir y ocultar de sus ojos aquello que nos hace daño, aprendemos cómo y cuando usar la información según nuestra conveniencia. Aprendemos también que somos peligrosas y que con una mirada podemos doblegar la voluntad de un hombre hasta cero. También hemos dañado este maravilloso don, haciendo que muchas se aprovechen de los hombres para explotarlos y usarlos.

No busco defender a nadie, ni a hombres ni a mujeres con este tema. Me ha quedado muy claro que si la mujer es una manipuladora, el hombre es un labioso. Nadie se salva y tanto hombres como mujeres utilizan mal estos obsequios que Dios nos ha dado.

Lo que quiero exponer en esta noche es la poca conciencia moral de muchos y la poca autoestima de otros.

Hombres: no toda mujer es una mentirosa, los mentirosos son ustedes. Con labia y engaño mienten y hacen daño a sabiendas de que la mujer a quien le mienten los ama. Saben que ella no se aprovecha de ustedes y que daría su vida por protejerlos. Mienten y engañan, dicen cosas para contentarla y luego salen en pos de la "otra" para decirle las mismas mentiras y seguir ensuciandose el alma.

Mujeres: Sabemos que el hombre que da su vida por protejernos, por contentarnos, para que el amor no nos falte y aún así manipulamos las circunstancias, la información, los sentimientos para lograr lo que nos conviene.

¿Y de quién es la culpa?

¿Quién empezó este juego de sombras?

¿Quén fue el culpable: Eva por brindarle la manzana, o Adán por comerla?

No nos sirve de nada pasarnos la pelotita de la culpa de unas manos a otras. Nos se justifica el mal!!!

Pero todos estos mentirosos, manipuladoras, engañadores ya tienen su alma podrida. Ya nada los puede salvar, ni si quiera yo con este llamado de atención.

Mi exortación en esta noche es para ti mujer u hombre que ha sido víctima de este tipo de gente miserable que se dedica a destrozar corazones y vidas solo porque la suya está tan sucia que no tienen otro remedio que hacer la vida de los demás también miserable y sucia.
Te hablo a tí, querida que te mintieron, que te dijeron que cruzarían el mar entero y al día de rendir cuentas te destrozaron el corazón. A tí hombre sincero que amaste a una mala mujer y solo te utilizó.

No importa lo que te hayan hecho, demuestra que tu vales más, que tienes una mejor conciencia, que tu alma está limpia de miseria. Corta relaciones, corta amistad, charlas por teléfono, mensajes, chat. Sé que los amamos, pero debemos demostrar que nosotros sí nos amamos a nostros mismos, que nosotros nos valoramos lo suficiente.
Apártate de esas almas miserables que solo quieren undirte en su inmundicia, y sal adelante por amor a tí.

Al final, hay que tenerles pena a ellos que añoran sentir dolor ya que nada de lo que hacen les produce ese lindo sentimiento que nostros si tenemos. El dolor nos hace más fuertes.

No te conviertas en uno de ellos, no pases la pelota al siguiente. Corta el juego, no nos convirtamos en ellos, no seamos agentes de miseria. Nosotros somos superiores, nosotros valemos más que todos ellos juntos.

La hermosura de tu corazón la merece uno de nostros que pudiendo pasar la pelota de la culpa, decidimos no hacerlo y olvidar, seguir teniendo nuestro corazón libre de inmundicia. Nosotros nos merecemos, no uno de ellos.

Olvida y sé feliz, algo que ellos no pueden.
Aún existimos, somos pocos, pero aquí estamos. Ten fé y confianza en Dios.