lunes, 6 de agosto de 2012

CUENTO TRÁGICO


Hola a todos!!

Les cuento que estoy en un seminario/campamento/retiro al que quería ir desde hace mucho y estoy muy entretenida por aquí. Me queda aún otra semana por acá y no he tenido tiempo para escribir aunque tenga ya como cinco temas interesantes que quiero compartirles. Lo haré a penas pueda y mientras tanto, les dejo con un cuento que me encantó y cuyo autor es un gran amigo que conocí por acá, David.

Repito, no es mío, es de un amigo. Espero que lo disfruten y les de algo en qué pensar.
Los quiero un montón.

CUENTO TRÁGICO (PRIMERA PARTE): El Príncipe Escarlata y la Dama de Cristal.

Krew era como cualquier otro chico de la corte real, salvo una pequeña particularidad que su estado de príncipe no podría jamás solventar: había nacido con el más extraño color de ojos, tan rojos como su propia sangre. Su brillo particular, dio a Krew el sobrenombre por el cual sería conocido por el resto de sus días: El Príncipe Escarlata.


Criado entre leyendas de princesas encantadas, esperando por un príncipe q las rescate de una torre lejana, algún extraño hechizo o una bestia amenazadora. Entrenaba día y noche con un solo objetivo, encontrar a su princesa, aquella que mire sus grandes ojos rojos sin temor y se adueñe con un solo gesto de su rojo corazón.

Salió sin más en busca de aventura cuando el oráculo del pueblo gritó su fortuna: correr con rumbo incierto hasta que su corazón encuentre lo que tanto anhela. Varios años tardó su búsqueda, creando gran expectativa, pero nada encontraba y su corazón desfallecía. Hasta q un día bloqueando al sol, frente a sus ojos una torre de cristal se levantó.

Bajo de su corcel asombrado por tanta maravilla, pero aún más por lo que dentro de ella encontraría. Una dulce dama, de belleza sin igual caminaba en su interior sin poder encontrar una salida. Cautivado e intrigado se acercó a la gran torre y entonces, sucedió. Sus ojos se encontraron, el con unos grandes rubíes rojos la miraba perplejo, mientras ella con unos gélidos ojos color azul parecía perforar su alma.

Krew se sintió encantado, no podía creerlo, su princesa encantada era aquella dama de invierno. Se fue acercando cada vez más a la prisión de hielo, sin dejar de mirar aquellos ojos de hielo. Más cuando estuvo a punto de tocar las paredes de la torre, una horrorosa verdad se impactó contra su cara. A un costado suyo un joven desesperado, había tocado la torre por la misma dama embelesado. Al hacerlo, de pronto empezó a transformarse en hielo y fundirse con la prisión helada que ahora parecía rodear con mayor fuerza y amplitud a su amada.

Al alejarse sorprendido, un anciano se acercó presuroso, el padre de aquel chico supo luego de un rápido interrogatorio. El anciano le contó lo que bien sabía, pues era muy conocida por la región la historia de la dama de cristal. Encerrada en una torre del más frío hielo, aguardaba su rescate desde quizá hace un milenio. Todo aquel que la veía quedaba prendido de su hermosura, y al tocar su prisión por las ansias de tenerla entre sus brazos, en ese momento se convertía en hielo ampliando la prisión de la dama.

El Príncipe Escarlata ante tal noticia quedó muy consternado, ¿o será acaso que más bien estaba emocionado? Una princesa que rescatar, ya estaba enamorado, los fríos ojos de hielo lo habían cautivado. Desde entonces día tras día blandía su espada rompiendo paredes de hielo para rescatar a su amada, la dama lo veía perpleja pero no se movía de en medio de su celda. Mientras más paredes desbarataba con su espada, muchas otras se le interponían. Días avanzaba más que otros mientras la dama inmutable lo miraba directamente a sus hermosos ojos rojos.

Pasaron varios días y el caballero no desistía de su lucha, había esperado tanto por este momento que no desistiría hasta encontrarla. El la veía allí inmóvil, esperarlo y desde ahí la amaba, la miraba como era tentado a tocarla, pero la amaba tanto que ponía todo su esfuerzo en rescatarla. O le importaba el frio que congelaba sus huesos, ni tampoco el dolor de sus quemados nervios. Pero no había victoria, y el tiempo pasaba sin misericordia.

Un día en medio de su batalla apareció otro caballero de en medio de la nada, a muchacha volteó a mirarlo y enseguida quedo prendado y al querer tocarla una vez más el terrible hechizo entro en efecto. Mientras Krew seguía luchando contra la prisión de hielo, ante el toque del chico esta se volvió más fuerte y se reconstruyó en el acto, haciendo un corte en medio del pecho del Príncipe Escarlata. Su sangre brotaba cayendo sobre el hielo, y entonces descubrió el gran secreto. Solo la sangre roja y cálida podía derretir tremendas paredes de hielo.

Volvió día tras día desangrando su cuerpo, esperando llegar hasta donde se encontraba su amada. A veces era el mismo quien su cuerpo sangraba, a veces era efecto de tantos otros hombres q cuando deseaban tocarla, la prisión hacían más fuerte y le desgarraban no solo el cuerpo, sino el alma. ¿O ésta más bien era desgarrada por los inconstantes ojos de la cristalina dama, que inquieta miraba con esa enloquecedora frialdad a todo aquel q se acercaba?

El tiempo pasaba y su sangre fluía deshaciendo a cada paso la prisión cristalina, pero la Dama atraía a más caballeros, y la prisión seguía creciendo y creciendo. Mientras el Príncipe poco a poco iba desfalleciendo. El día en que sus ojos perdieron ese brillo rojo, y se volvieron blancos y fríos como la nieve, fue el día que comprendió lo que en aquel lugar sucedía. El hechizo de Cristal era más complejo de lo q suponía.




Hubo una vez una tierna niña que en una torre de cristalino hierro fue encerrada. Esperaría al príncipe que la rescatara. Pero la situación no sería fácil pues su belleza sería su infortunio, atraería con su mirada a cuanto caballero la viera, y cuando su prisión tocarén en hielo se convertirían, ensanchando más y más su hermosa prisión helada. Solo la sangre podría abrirse camino entre su gélido destino. Pero no de una sinó de dos fuentes tendría que ser vertida, pues para hallar la salida no solo de afuera hacia adentro debería fluir sino de adentro hacia afuera de igual manera.

¿Como rescatas a una princesa que debe ella mima ayudarse? Más aún ¿Cómo rescatas a una dama que no quiere ser rescatada? Si debía esforzarse pero no quería, entonces era la mayor de las causas perdidas.

Krew se alejó con su brillo escarlata ya perdido, soñando en una alba princesa rescatar algún día. una dama de blanco como sus ojos ahora eran. Mientras la Dama de Cristal sigue presa, sin mover un músculo, sin intención de buscar su libertad. Solo levanta su mirada para atraer más caballeros, y así ampliar más su hermoso palacio, aquel que lleva mil años con congelados sueños y deseos construyendo.


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